domingo, 10 de junio de 2012

USO DE UN BRUJULA


  Estoy cierto de que vosotros sabéis que la aguja de la brújula tiene el
hábito de apuntar siempre en la misma dirección.
   Si vosotros seguís la dirección indicada por la aguja, iréis a parar a un
lugar más al norte de Canadá, a unas mil cuatrocientas millas del Polo Norte.
La razón de esto es que en tal lugar existe una poderosa fuerza magnética. Es
esta fuerza la que atrae la punta de la aguja y la hace señalar el "norte
magnético".
   El norte no es sino uno de los puntos de la brújula. Todo marino conoce
los demás puntos de la brújula de memoria y así debería hacer todo Scout.
He hablado bastante acerca del norte; pero solo porque estamos
acostumbrados a figurarnos el norte como punto de partida; esto lo hacemos
solo por conveniencia, pues igualmente podríamos usar el sur.
   Los exploradores, casi nunca se refieren a los puntos de la brújula, usan
más bien sus grados, ya que en esa forma se es más exacto.
   Cuando se mira la esfera de una brújula, se ve que no solamente está
marcada con puntos, sino también con números que aumentan en el mismo
sentido en que caminan las manecillas del reloj, principiando con el cero en
el lugar del norte y dando la vuelta hasta llegar de nuevo al norte con el
numero trescientos sesenta. De esta manera, cualquier punto puede ser
expresado por su nombre, o por su grado. Así el este, equivale a noventa
grados, el sur a ciento ochenta, el oeste a doscientos setenta, y así
sucesivamente. En vez de decir sudeste, puede decirse ciento treinta y cinco grados.

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